The 1975 en Chile: Millenials con perspectiva ochentera
Una banda super ecléctica es The 1975. Por esto, es que su paso por Chile, tanto en Lollapalooza como en el sideshow ofrecido en el Movistar Arena y que correspondía al concierto cancelado el año pasado, generó mucho interés. ¿Los motivos? ya tienen un público cautivo y las excelentes críticas de la prensa especializada acrecentaban las ganas de conocer de qué pasta están hechos los de Manchester.
Matt Healy, un frontman con mucha capacidad para transformar en gemas pop sus aventuras de chico sensible y vulnerable presentó, junto a sus compañeros, un show de mucha calidad en sonido y prestancia. Tanto en Lollapalooza como en el concierto propio, el setlist estuvo bien calibrado en el pop de los ’80 y en los tracks de su último disco “I Like It When You Sleep, for You Are So Beautiful Yet So Unaware of It”, ubicado en el número 1 de los charts de Estados Unidos por varias semanas, superando, en este hito, a lo conseguido por sus coterráneos de Oasis, Blur y Arctic Monkeys.
Con puntualidad inglesa partió el show en un Movistar Arena casi repleto de un público muy joven y que, seguramente, no prestó atención a que estaba frente a una banda que ha sido definida por la prensa británica como la gran revelación del año. Todo partió con la rítmica y contagiosa “Love me”, coreada de principio a fin por una eufórica fanaticada. “UGH!”, “Heart Out” y “A Change of heart” fueron cañones para matar de entrada y echarse al bolsillo a un público tan entusiasta que hasta Matt Healy tuvo que parar el show y “solicitar” (move- left-NOW) que los de atrás no empujaran y que no lanzaran cosas al escenario. Mientras la banda tenga como cerebro a Healy, una especie de Michael Hutchence del nuevo milenio, la banda aportará creatividad y equilibrio en sus discos y presentará shows sólidos en lo musical y mucha labia exuberante de alguien que ha heredado lo más rescatable de algunos predecesores definitivos, como Damon Albarn, Liam Gallagher y Alex Turner.
Las canciones se acompañaron de un juego impecable de luces, cuyos tonos pasaban del rojo intenso al rosa. La presentación fue muy activa, siempre con ambiente “dance” y provocando frenesí. Los temas más lentos fueron capaces de dar paso a un espacio más íntimo, conjugando un show de variados ritmos y sensaciones. “She’s American”, su mejor carta de presentación “Somebody Else”, y la perfecta “Sex” dejaban en alto el potencial de una banda que es mucho más que unos millenials haciendo temas. La calidad sobra, la creatividad se impone, le sacan el máximo provecho al minimalismo de la presentación y se apoyan en que el protagonismo de Healy hará el resto.
También hubo temas nuevos que debutaron en el tour y que no tocaron en su show en Lollapalooza (“Robbers»,» Falling for You”, ”The City” y “Me”). Hubo un momento especial cuando, en medio del espectáculo, Healy pidió, sólo por la canción “Me”, que nadie usara el “fuckin phone” y aseguró que «el recuerdo de los próximos 3 minutos será mejor que el vídeo de tu celular » y así partió el tema, bajo una iluminación roja, en sincronía con la intimidad que se logró.
El remate fue a lo grande con “Chocolate” y “The Sound”, para que un tibio “good night” bajara el telón a una sólida performance, con un cancionero extremo en sus letras y un sonido ochentero, muy cercano a lo que lograron INXS y otras de ese estilo.
Los de Manchester son, actualmente, la revelación musical y aunque tengan ganas de estar en las portadas de ciertas revistas, no hay que descuidar que su arrastre es universal y esto recién está comenzado para ellos; de hecho, ya queremos pronto el tercer disco para conocer qué camino van a tomar o si van a seguir siendo tan eclécticos en su propuesta.
En su paso por Lollapaloooza, en un show corto y efectista, y este del Movistar Arena, mucho más prolijo y creando atmósferas, la banda mostró todos los elementos que la ponen como un punto culminante del nuevo rock británico.
Fotos: Lotus