The Mighty Mighty Bosstones en Chile: Cuando el ska se viste de clásico
Poco antes de la hora programada para este concierto se veían pocas almas por el remodelado recinto de San Diego, lo cual nos hacía pensar que sería un show en que el público no cumpliría mucho con su parte en cuanto a convocatoria, pero bastaron sólo algunos minutos y la entrada del conjunto para que ya se empezara a poblar mucho más esta ‘cancha’ del Cariola, y lo más importante, es que eran soldados bastante devotos los que estuvieron ahí presentes, muchos de la vieja escuela del ska, que corearon y bailaron cada uno de sus temas en un show que arrancó muy puntual, a las 21.00 hrs.
Y es que era la primera vez en Chile para una banda que cosechó sus más preciadas joyas durante los ’90’s, sobretodo con aquel certero Let’s Face It (1997), pero que ha seguido su senda de esta fusión entre los sonidos clásicos del ska y con sus dosis de punk y hardcore, lo cual se vio demostrado ayer en su vasto repertorio de canciones, interpretados por estos ocho tipos en trajes a cuadrilles, con todo el sello de los rude boys ska característicos, con una puesta en escena simple, donde lo primal era lo musical y con ese icónico perro bulldog adornando el fondo del escenario.
Tras una previa entrada con el clásico de The Temptations ‘Ball of Confusion’ los Mighty arrancan con su intro de teclado y ‘I’ll Drink to That’, que solo era la antesala para prender todo en llamas con su clásico ‘The Rascal King’, ya empezando a destacar el carisma del vocalista Dicky Barrett, un tipo muy buena onda que se mostró en constante comunicación con el público, hablando de las historias tras algunas canciones, de sus orígenes en Boston y preguntando a la fanaticada si es que los habían visto previamente, entre otras cosas.
Pero la verdad es que los Bosstones son mucho más que su vocalista, cada integrante tiene luz propia, el acertado corista/bailarín histórico Ben Carr nos demostraba cuán importante es un tipo ahí adelante bailando cada una de las canciones, arengando a un show que lo único que ofrece es fiesta y divertimento. Los tipos de los vientos, gigantes, Kevin Lenear se arrancaba de su labor de trombonista para cantar aguerridamente a ratos, el hombre de la guitarra Lawrence Katz también hacía lo suyo en pos de este sonido que entregan, que requiere tanta coordinación, pero que lamentablemente se vio un poco flojo sobre todo al principio debido al recinto.
Covers a una referentes como The Clash (‘Rudie Can’t Fail’) y The Wailers (‘Simmer Down’) demostraban la influencia clara de esta banda en lo clásico haciendo saltar al público una y otra vez, pero otras grandes continuaban deleitándonos como ‘Nah, Nah, Nah, Nah, Nah’ y la efusiva ‘Where D’ You Go’, coreada por el público y arengada por el propio Dick Perry, quien a esas alturas ya había tirado su chaqueta y lucía gorros que la gente le tiraba una y otra vez, entregado totalmente.
Con la presentación de cada uno de los músicos y los deliciosos acordes en la guitarra ska de Lawrence Katz, la tremenda ‘The Impression That I Get’ sonaba para hacer bailar a todos en lo que se pensaba era el final del show, pero no, había un encore más aún con temas como ‘They Will Need Music’, la nueva ‘Muhammad Ali’ y ‘A Pretty Sad Excuse’ que terminaban pasada la una hora y media de un show contundente, en un repaso bastante conforme a lo que ha sido su carrera, una que va derechamente a dejarlos como clásicos del estilo, quizá tanto como lo han hecho Skatalities o The Specials, bandas que han hecho verdadera leyenda.
Fotos: Jerrol Salas G.