The Offspring en Chile: Cuando las canciones son más fuertes
Finalmente y en una fecha muy complicada para Chile y el mundo en general The Offspring realizó uno de los shows más accidentados posibles desde su forma previa hasta su mismo día de ejecución: no llegaron en octubre debido al estallido social chileno, dejando en ascuas a muchos de sus fans que añoraban un show de ensueño junto a Bad Religion. Fueron varias semanas en que no se daba por vencida la productora y decidía reagendarlos, esta vez sin contar con la banda de Greg Graffin y compañía, pero sí con otros íconos como Pennywise, y sumando a números legendarios del punk rock latino como Eterna Inocencia y BBs Paranoicos. Los ánimos se volvían a encender, aunque el asunto se fue desvaneciendo conforme llegaran los días del evento.
Un cambio de recinto al Movistar auguraba el éxito de este show, pero en esa misma fecha del anuncio, el coronavirus, la enfermedad latente en el mundo desde fines del año pasado, se comenzó a expandir al nivel que ya aumentaron los casos chilenos, declarada como Pandemia mundial y llegando a la fase 3 en nuestro caso, anunciado por el Ministro de Salud Jaime Mañalich, sentenciando todo con una restricción de conciertos masivos para más de 500 personas desde el lunes 16. Este show seguro quedará enmarcado por ser el último a nivel masivo de quién sabe hasta cuando se levante la restricción, que seguramente tendrá que venir de la mano con alguna solución médica más concreta y el cese del avance de los contagiados.
Aún así y tras que Pennywise decidiera restarse del evento un día antes, la banda llegó a Chile (de hecho casi al mismo tiempo), y fue un respiro para sus fans. Las intenciones de los californianos siempre fueron en llegar de todas maneras, con declaraciones y tuiteos previos, y así lo percibieron todos anoche llenando una cancha del Movistar para celebrar sus más de 20 años de trayectoria y una cantidad impresionante de hits.
Ahora, sobre el juicio de valor que se dejó caer en redes sociales vamos a referirnos, por supuesto: en estricto rigor no estábamos en restricción por ende el show sí estaba autorizado para realizarse, pese a la «Fase 3» del avance del virus decretada, pero la verdad es que eso no importó para muchos de los fans que estuvieron ahí. ¿Riesgo de contagio? Por supuesto, pero también hay que considerar que los casos que hay en Chile se mantienen absolutamente controlados y no estamos en España, Italia o China donde la situación es crítica. La gente que estuvo ahí se olvidó de ello y no la juzgamos, el show se vivió con total normalidad y hoy en día, desatar la histeria, volverse exagerados y absolutamente alarmistas sobre este tema es lo que menos debemos hacer.
Fue desde temprano que BBS Paranoicos y Eterna Inocencia animaron la fiesta, llenando de consignas contra el gobierno, el asesinato de mapuches y un prendido punk rock de décadas de trayectoria. Si Pennywise era un número que dejaría un vacío, los representantes latinos se encargaron de llenarlo, convocando por cierto a mucha gente, que estuvo desde temprano para vitorear los himnos de la banda de Carlos «Oso» Kretshmer y Omar Acosta y de los trasandinos y sus emblemáticos coros, quienes lograron una gran sintonía con el pueblo chileno al referirse a los mapuches y en especial con palabras en memoria del asesinado por las fuerzas policiales Camilo Cantrillanca.
The OffSpring no se dejaron esperar y a las 21.00 aparecen con un grandilocuente telón de fondo con el logo de la banda, para darle el vamos a este anhelado show con «Americana», en un show que recogió bastantes temas de aquel disco. «All I Want» sería lo siguiente y la pegadiza «Come Out and Play» desatando los mosh en masa y con una cancha totalmente en llamas. La banda hizo alusión a su accidentada venida por cierto, Noodles se destacó por hablar bastante, al mantenerse en contacto constante con sus fans, dejar claro que «Dexter es un profesor en Biología Molecular» y sí, hasta del propio coronavirus se rieron, mostrándose muy relajados en todo momento.
‘Want You Bad’, la movida ‘Original Prankster’, un gran momento con las melodías de ‘Staring at the Sun’ eran momentos que se quedaron en la retina. Un breve-aunque totalmente innecesario- homenaje a Ramones y AC/DC seguía (decimos esto por la cantidad de buenas canciones que pudieron haber ocupado ese momento) y la fiesta continuaba. ‘Gotta Get Away’ nuevamente nos remecía el corazón viajando al gran «Smash» de 1994 y el emotivo momento llegaba con Dexter Holland (que trató de cantar lo que más pudo pese a una floja garganta) cuando interpretó sentado el piano ‘Gone Away’, tema dedicado a una ex novia que perdió en un accidente.
Así la cosa se iba de contrastes: ‘de la pena y emoción de ese tema a la alegría llena de pelotas de colores en aquella cancha abnegada y de mucha pasión romántica con la banda en ‘Why Don’t You Get a Job?’, para rematar con sus hits indiscutidos como ‘Pretty Fly’, ‘The Kids Aren’t Alright’ y un guiño a Pennywise, los grandes faltantes de la fiesta con ‘Bro Hymn’.
El encore llegaba tras un par de minutos, la banda no se quiso ir así en un show que se hizo extremadamente corto debido a lo entretenido: ‘You’re Gonna Go Far, Kid’ y ‘Self Esteem’ fue el broche final para un show que tuvo ciertas deficiencias, sí, pero que cumplió las expectativas totalmente. The Offspring tiene argumentos de sobra para sopesar quizá su edad que puede jugarles en contra, el show fue de menos a más en sonido y dejó mucha nostalgia y emoción, que se transparentó en las caras alegres que salían del recinto de Parque O»Higgins pese a la complicada situación que vive el mundo.
Por Patricio Avendaño
Fotos: Jerrol Salas