The Plague That Makes Your Booty Move… It’s the Infectious Grooves: el súpergrupo que llevó el funk metal a otro nivel
Epic Records, 1991
A finales de los ochenta el rock alternativo estaba completamente desatado. Una nueva era del rock estaba en su apogeo, y no hablamos necesariamente del grunge, que sí que fue todo un fenómeno, pero a la par de toda esa movida en Seattle, un rock fresco y lleno de voluntad creativa surgía desde varias partes de Estados Unidos; desde Nueva York la fuerza llena de sangre negra de Living Colour, desde Los Angeles la sicodelia con tintes góticos y funky de Janes Addiction, el crossover visceral de Suicidal tendencies o la plenitud máxima que había logrado Red Hot Chili Peppers en el glorioso «Blood Sugar Sex Magik», por San Francisco Faith No More emanaba un metal sabbathico con matices new wave y dosis de funk impresionantes. Y eso es para dar solo algunos ejemplos. 1991 fue un gran año para el rock fusionado con este estilo, por lo cual una alineación estelar de músicos dijo presente e hicieron brillar mucho más la escena.
Así daba vida esta banda, que más que banda, fue todo un colectivo de mentes brillantes y grandes músicos dando el todo de sí. Mike Muir de Suicidal cobraba un nuevo alter ego llamando Sarsippius, y la destreza de los slaps y trato del bajo con un funky sobresaliente y agresivo de Robert Trujillo cuando Metallica ni siquiera estaba ni en lo más mínimo en su radar, unían fuerzas con las pesadas guitarras de hombres como Rocky George, Adam Siegel y Dean Pleasants junto a Stephen Perkins en batería para sentar una cátedra humorística y vertiginosa de rock llevado a un nivel de groove exuberante.
Y era eso, no se lo tomaban muy en serio: habían diálogos, locuras, personajes extraños metidos entre medio de las grandes canciones, pero los invitados iban y venían. Y la mano productora estaba muy atenta a todo. Si se trataba de locura quien no quiso quedar fuera fue «Mad Man», el gran Ozzy, quien tuvo participación en «Therapy», track #2 del disco y uno de los poderosos caballitos de batalla para que se diera a conocer este cumulo de talento «venido del espacio exterior», como representaban esta figuras reptiloides alienígenas que iban a a dar que hablar bastante durante la década en sus portadas e iconografías.
Este guiso de funk, metal y cuotas de hardcore funcionaba bien en la combustión, había ritmo e incitación al mosh con las frenéticas «Punk It Up» y «Monster Skank» y bastante melodía para que Muir se luciera en cosas como «Stop Funk’n With My Head», sin contar el tema himno «Infectious Grooves», que era un verdadero azote de poder . Incluso tenían algunas melodías donde el factor Suicidal se colaba en justa medida como la gran «Do the Sinister».
«You Lie… And Yo Breath Stank», fusionaba la payasada de comediantes con música y lo hacía muy bien, pero sin duda como dijimos el álbum tuvo un reconocimiento un poco más masivo con «Therapy» y la figura divina de Ozzy fue imponente. Muir describió las circunstancias poco probables que condujeron a este encuentro: «El productor dijo: ‘¿Qué quieres hacer en el coro?’ Le dije: ‘De hecho, creo que sería genial si Ozzy cantara’. Y dijeron: ‘Oh, llámalo’. Y Yo dije:, ‘Amigo, no conozco a Ozzy’… Y luego, dos días después, entré en el estudio, y él dijo: «¿Adivinen quién acaba de entrar en el estudio de al lado?… Ozzy». y fue como ‘¿Hablas en serio?».
La presencia de Osbourne, en la canción y en su eventual video musical, garantizaría una considerable difusión de MTV, sin embargo, sorprendentemente, The Plague That Makes Your Booty Move no fue muy cotizado en las listas mainstream (muy eclipsados por las bandas que mencionamos al principio), pero el álbum y los venideros («Sarsippius Ark» o «Groove Family Cyco») y la gira posterior de la banda causaron tanto revuelo que Muir ha resucitado, aunque sea esporádicamente, los Infectious Grooves a lo largo de los años.
Por Patricio Avendaño R.