The Rolling Stones en el cine: Siete momentos de película musicalizados por las piedras rodantes
Drogas, música. Más drogas, Jack Daniels y mejor música. Más de 50 años de trayectoria ostentan a su haber los Stones, donde los obstáculos, muertes, escándalos y el éxito han sido la tónica en la larga y dilatada trayectoria de Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ron Wood. Lo que mejor saben hacer (música) siempre ha sido bien apetecida en el mundo del arte y sobre todo en el cine, donde un riff como el de «(I Can’t Get No) Satisfaction» distorsionó a un grupo de soldados en un film de Francis Ford Coppola, el aporte de Mick Jagger para un remake de los 60’s, teniendo como protagonistas a Jude Law y a la ganadora del Oscar, Marisa Tomei o -en otros casos- como el Richards siendo el padre de un pirata en una producción de Disney.
La banda que fue fundada por Brian Jones ha sido privilegiada a la hora de que su obra enaltezca, sugiera o le dé un toque más allá del dramatismo a situaciones oníricas y realistas y otras, no tanto.
Satisfacción en Vietnam
“Me encanta el olor del napalm en la mañana”, reza una de las frases más grandes del cine y que se encuentra en una obra tan surrealista como verdadera: Apocalypse Now. En 1979, Francis Ford Copolla se dio el placer de organizar un reparto de lujo donde se encontraba Marlon Brando (coronel Walterm E. Kurtz), Robert Duvall (teniente coronel William Kilgore) y Martin Sheen (capitán Benjamin L Willard) para atreverse a realizar una cinta sobre la guerra de Vietnam y de manera independiente, a mostrar los efectos de las drogas y los propios miedos de los soldados. Financiada a través de la misma productora del director, el Pentágono no tuvo injerencia en su realización. En una de las escenas emblemáticas y donde ya contaba con la introducción de “The End” de los californianos de The Doors, Copolla le dio el visto bueno para que “(I Can’t Get No) Satisfaction” fuera una máxima para una misión en un barco militar.
“Paint It Black” después de Mickey Mouse
Stanley Kubrick siempre se ha mantenido en el tope del cine, tanto por su fascinante dirección como por sus tomas complejas y llenas de escepticismo, lo cual hace que su arte sea mirado con halos de misterios en cada enfoque que realizó a través de su larga y prolífica trayectoria. En Full Metal Jacket de 1987, conocida en Latinoamérica como Nacido para matar, el director de Odisea del espacio, El resplandor y Ojos bien cerrados nos invoca en el final de la historia recreada en Vietnam, la reflexión y resignación de uno de los personajes principales que es Bufón y donde, a la vez, demuestra que ya no tiene miedo y se siente feliz a pesar de “vivir en un mundo de mierda” al ritmo de los cantos hacia Mickey Mouse, para luego dar paso a los créditos con una potente “Paint It Black” que nos hace cuestionarnos el por qué de la elección del single para finalizar la cinta.
La tácticas de un gánster a través de «Can’t You Hear Me Knocking»
Martin Scorsese es un adicto al rock y ello se ha plasmado en documentales donde ha registrado ciertos tópicos del género como Woodstock: 3 Days of Peace & Music (1970), American Boy: A Profile of: Steven Prince (1978), No Direction Home: Bob Dylan (2005). Por ello, ha incursionado con melodías de bandas que han sido de su paladar para llevarlos a sus creaciones. Cream con «Sunshine of Your Love» realzó los planes maléficos de un tal Jimmy encarnado por Robert de Niro en Goodfellas, pero, sin olvidarnos del meollo de este artículo que son los Rolling Stones, Scorsese tuvo en mente un drama criminal basado en hechos reales, de la mano de un maduro de Niro y un representante que sabe personificar muy bien la maldad de los gánster: Joe Pesci que dio vida a Nicky Santoro. En esta obra de 1995 y que no tuvo buena acogida por la academia, pero sí por los fans y especialistas, eligió «Can’t You Hear Me Knocking» del álbum Sticky Fingers para resplandecer aún más el relato crudo y sanguinario de Santoro.
Psicodelia y “Jumpin’ Jack Flash”
Confusión, drogas, tiempo o los límites han sido lo que han destacado a este director estadounidense de 75 años de nombre Terry y apellido Gilliam. En sus películas destaca con Monty Python and the Holy Grail (Los caballeros de la mesa cuadrada), Twelve Monkeys y Fear and Loathing in Las Vegas. Es precisamente con esta última entrega, que nos quedaremos, pues Johnny Depp que interpreta a un periodista de dudosa reputación junto a su amigo Dr. Gonzo encarnado por Benicio del Toro dan rienda suelta a sus locuras a través de sustancias ilícitas y paranoias en la ciudad del pecado de los 70’s. En la cinta de Gilliam, tenemos un final novelesco mediante el relato de Raoul Duke (Johnny Depp) cortejado por una de las máximas de los Stones: “Jumpin’ Jack Flash”.
Viejas costumbres nunca mueren
Una vez un reportero le preguntó a Keith Richards: ¿cuál ha sido la mejor escena que realizó en Piratas del Caribe junto a Johnny Depp? La respuesta no se demoró en llegar y siendo muy fiel a su estilo, el guitarrista confesó: “No me acuerdo. Estaba muy borracho en cada una de ellas”. Mick Jagger, tampoco se ha quedado atrás en la pantalla grande y en Freejack junto a un experimentado Anthony Hopkins y Emilio Estevez, pero con una pésima actuación, pensó que sería ser mejor productor de una cinta y lo forjó en Enigma (2001) que tuvo entre sus estrellas a Dougray Scott y a Kate Winslet, dando a entender al mundo que su relación con el cine no fue solo Performance de 1968, en la cual fue protagonista. Pasaron algunos años y Jagger se privilegió de aportar al Séptimo Arte lo que mejor sabe hacer: música. Y el Caballero de la Orden del Imperio Británico (por cierto, es un título que le concedieron en el 2003) contribuyó con la banda sonora para Alfie (2004), la cual era un remake de 1966, que protagonizó Michael Caine por esos años. Uno de los track más destacado del disco y que, dicho sea de paso, fue logrado junto a Dave Stewart (Eurythmics) y al compositor y productor inglés, John Powell fue “Old Habits Die Hard” que a través de una sincera y arrepentida recitación, Alfie (Jude Law) da el ending junto a unas instantáneas de todos los que efectuaron la película, incluido el frontman de The Rolling Stones.
Anastasia no quiere ser la bestia de carga
Para finalizar y esto es una excepción que da en sencillas palabras una suerte de capítulo aparte es el caso de Fifty Shades of Grey de Sam Taylor-Wood. Tal cual lo lee 50 sombras de Grey, pero con la salvedad que no comentaremos a grandes rasgos por ser una pésima película a pesar de que la canción que incluyeron suene “súper” parecido a un “homenaje” por sus 50 años de trayectoria y sea precisamente una película que ostente el 50 como parte de su nombre. El foco de este relato lo llevaremos al momento donde la timorata Anastasia Steele (Dakota Johnson) deja su pureza y candidez en una noche de pasión junto al multimillonario Christian Grey (Jamie Dornan), para luego, bien entrada la mañana, cocinarle el desayuno al son de “Beast of Burden”. En el siguiente enlace le dejaremos un extracto de la escena y donde se escucha muy lánguidamente el sencillo de los británicos.