The Who en Stgo Rock City: Haciendo justicia a la historia
Las cosas fueron difíciles en la semana para Stgo Rock City y creímos que ese sentimiento de negatividad y enojo, haría mermar los ánimos para quienes tenían agendado el evento hace meses. Pero la fuerza incontrarrestable del rock, se iba a encargar de dar vuelta las cosas.
A eso de las 16:00 hrs, los vagones del metro se inundaban de poleras negras con la imagen de quienes serían los protagonistas de una tarde-noche bastante inolvidable: The Who y Guns N’ Roses. Y si eras de los pocos que andaba sin polera distintiva, podía adquirir una caminando por las cuadras que circundaban el Estadio Monumental, donde se instaló un mini Persa Biobío cargado de merch de ambas bandas. Se podía encontrar de todo llevando el símbolo de Quadrophenia o el juego de las pistolas y rosas. Son los conciertos, que también mueven este mercado informal.
La previa
Pero pasemos a la música. Con tremenda puntualidad saltó al escenario un desconocido pero energético Tyler Bryant. Era el encargado de calentar los motores y sacó la tarea adelante dando señales de tener oficio. De a poco, se ganó el entusiasmo del público y lo hizo cantando bien, sonando bien y preguntando varias veces si estábamos listos para GNR. Hábil. Con tintes de blues-rock sureño y reconocida influencia hard y country, regaló buenos momentos cuando hizo duelos de guitarra con Graham Whitford (hijo de Brad Whitford, guitarrista de Aerosmith). Tiene carácter, fuerza, es comunicativo y la banda suena bien. Con repertorio limitado, cumplió su tarea y se llevó aplausos merecidos, pasando el dato de que su disco sale en noviembre y estaremos atentos a eso, porque no cualquier chico norteamericano te produce la sensación de querer buscarlo en Youtube.
The Who
Medio siglo después de su formación, los ingleses The Who hicieron su debut en Chile y su presencia no podía pasar inadvertida. Con un papel definitivo en la historia del rock y jugando a las sombras de los Beatles y los Rolling Stones, dejaron su impronta marcada al ser pioneros de la ópera rock y siendo imbatibles sobre un escenario. Los libros cuentan que hasta Led Zeppelin, no hubo otra banda mejor en vivo que The Who. Y estábamos a punto de comprobarlo, 50 años después y con un público multigeneracional, porque los más mayores respondieron al llamado de la historia.
Apenas pisaron el stage, Roger Daltrey y Pete Townshend estamparon su tono furioso partiendo con “I Can’t Explain”, “The Seeker” y “Who Are You”, y nos metieron en lo que ellos representan. Daltrey sorprende con su voz y preserva casi los mismos gestos que se observan en el video de Woodstock ’69, girando el micrófono en el aire y gesticulando con su rostro. Mientras, Pete Townshend se las arreglaba para girar el brazo en un clásico movimiento. Cuando el setlist marcaba “My Generation”, “Behind Blue Eyes” y “Join Together”, el público estaba embelesado, hechizado, y no le perdía pista a un show con un sonido bárbaro y robusto. La banda sobrevivió a décadas de rock y seguía cantando “prefiero morir antes de envejecer”, como señala la letra de “My Generation”, la que ahora tiene arreglos un poco más bailables y de rock casi displicente. No hacía falta saberse todos los temas, porque las melodías te llevaban y el vozarrón de Daltrey cubría los espacios.
“Love, Reign Oe’r Me” sonó hermosa, mientras que “Amazing Journey” permitió el lucimiento de Zak Starkey, hijo de Ringo Starr, y que sacó adelante la batería con proeza y clase. Un fenómeno!. Luego, en modo medley, entraron “Pinball Wizard”, “See Me, Feel Me” y “Listening to You”, las que pasaron rápidamente pero su elaboración fue un in-crescendo perfecto, conciso, y en la línea instrumental de los 70’s, sonando muy vigorosas. “Baba O’Riley” y “Won’t Get Fooled Again” fue la guinda de una torta para privilegiados, porque shows de esta calidad se ven pocas veces en la vida. Y justamente los que mirábamos el show, que siempre subió en energía y sin perder un ápice de calidad en la interpretación, nos preguntábamos cómo habrá sido verlos en vivo cuando estaban en plena forma y al lado de los próceres Keith Moon y John Entwistle. Y aunque ellos no están, la dupla Daltrey-Towshend se encarga de todo, con una clase, coherencia y vigor que sólo es digna de los mejores.
Fotos: Miguel Fuentes/ The Fan Lab