Tool por fin en Chile: Ese dolor era solo una ilusión
Me encantaría hacer esto no tan personal, pero sé que es casi imposible. El anuncio de hoy es casi surreal y me lleva a escribir estas líneas desde una perspectiva más propia, que espero sintonice un poco con la tremenda comunidad que puede estar sintiendo lo mismo en estos precisos instantes. Y sí, hoy es un día de fiesta, donde todo está permitido, un día de fines de ciclos, del fin de ilusionarnos de la llegada de una banda que parecía quedarse para siempre solo en el rincón del corazón, privándonos de vivir la experiencia en vivo. Y será en Chile, eso es lo importante, porque muchas y muchos quizá hemos podido llegar a esa experiencia viajando hacia otras latitudes, pero la comunidad chilena reunida, la pasión y energía en sincronía de estar ahí, estoy seguro, no se comparará con nada de lo que la propia banda ha presenciado con sus audiencias alrededor del mundo.
Oh sí, «Lateralus» y todo su concepto matemático, el calce de sus canciones y el espiral de Fibonacci. Todo estudiado, una secuencia, algo bien intelectual. No. lo magnífico de la música de Tool es que siendo así, con esas conceptualidades para públicos selectos (algo más celebrado por sus fans sectarios que por ellos mismos), te puede llegar al corazón de igual forma. No es su concepto, es la forma en que aprendieron a generar sonidos y sensaciones cuando nadie hacía algo como eso. Dulzura, pasión, catarsis, te vuelan la cabeza, pero al mismo tiempo hay un llamado a la reflexión y espiritualidad. Y sí, no necesitas descifrar tantos misterios ni ser un erudito para llegar a eso.
¿Qué se dice de Tool? Que es una banda algo indiferente con sus fans, pretenciosa y a veces, hasta tediosa. Según Danny Carey, Tool no utiliza un metrónomo o cuantificación en sus grabaciones o presentaciones en vivo. Esta decisión por sí sola contribuye en gran medida a la sensación, la diversión y, en última instancia, el valor artístico de la música de Tool. Sumemos la impresionante capacidad de llevar todo a una intensidad profunda con la guitarra de Adam Jones y su tremendo aporte audiovisual. Esos videos de feos personajes y arte abstracto desde los 90 nos daban fuertes mensajes: el amor como un una necesidad, pero finalmente letal, el horror de la pedofilia y la crítica ácida a esta humanidad primitiva y con una capacidad de empatía paupérrima.
Lo que viviremos en realidad, es una evolución de una banda que ha puesto todo de su parte desde muchos aspectos para llegar a marcar una diferencia. Perfeccionista tal vez, pero que no es tan matemática ni filosófica como se puede pensar, sino que desde tiempos inmemoriales ha estado muy conectada con el corazón.
Su debut en Chile hará historia. Lo doy firmado.