Vapors of Morphine en Chile: La mejor cura para el dolor
Sábado, 18 de octubre, Teatro Nescafé de las Artes, Santiago
Lo habíamos comentado en el proceso previo a este concierto, a veces la oportunidad de ver a tan singulares bandas en nuestro país se hace escasa y el caso de presenciar a Vapors of Morphine fue notable en la práctica totalmente. La banda más que auto considerarse los “vapores de Morphine” o lo que queda de ella -de una banda que quedó casi en el carácter de culto luego de la muerte en pleno escenario de un ataque al corazón de su líder y vocalista Mark Sandman-, de alguna forma u otra siempre han querido conservar y perdurar su esencia y el recuerdo del fallecido y peculiar músico es en gran parte el motor que los mueve para hacerlo. Es así como se ha dado vida a diversos proyectos en torno a su música, y ahora el trío dorado que fue el que nos visitó anoche lo dejó mucho más que claro.
Pero no es solamente el legado de Morphine lo que pudimos ver anoche, sino a tres músicos que han madurado y perfeccionado su estilo, desviándose inclusive del sonido Psycho Delta Blues, sino que también hacia arranques de vanguardia jazz, fusión, mucho trabajo en jam sessions y otras vertientes experimentales que son las que hicieron tan interesante la propuesta de Dana Colley, un sabio en el saxo barítono, el sólido Jerome Deupree en batería, acompañados por Jeremy Lyons en guitarra/bajo, quien además cumplió con la difícil misión de cantar las canciones que solía interpretar Sandman.
21.03 y el solo de saxo nos auguraba algo especial, era ‘Like Swimming’ para adentrarnos en el recuerdo, canción bien recibida por un público que se mostró bastante ferviente de principio a fin. Dana Colley aprovecha de saludar al público e invitar a la gente de platea que se acomode en los lugares delanteros, cosa que ocurrió claramente, la gente se abalanzó hacia abajo a ocupar esos asientos que se estaban “desperdiciando”. La empatía de VOM daba sus primeros gestos de que no sería una tocata fría, sino que todo lo contrario.
El bajo de doble cuerda fue gran protagonista, Jeremy Lions con su característica boina puesta demostró porque es el indicado para ocupar el lugar de Sandman, haciendo gala de su destreza con todos los instrumentos de cuerdas que pasaron por sus manos. Temas como ‘Sheila’ y ‘Candy’ sólo nos confirmaban que estábamos ante un show de primera factura, y claro que hay que comentarlo: ese Teatro Nescafé sonó increíble.
Pese a que la primera etapa la gente respondió sentada en sus lugares, era algo inevitable que el concierto daba para algo más , en ‘Yes’ por ejemplo la banda acompañó con aplausos y luego varios se pararon a bailar en un show que tuvo momentos prendidísimos.Dana Scolley aparte de ser un músico enorme y uno de los mejores saxofonistas del mundo, aprovechó de conversar con la gente, preguntaba si las sillas estaban confortables, bromeaba y decía que luego de esta tocata su vida volvería a ser lo aburrida que era, que iría a pasear el perro y esas cosas. Jeremy Lions también hizo lo propio incluso recordando la vez que estuvieron en el Festival Maquinaria acá en Chile.
Todo esto hizo que la gente se entusiasmara aún más, otro que musicalmente nos dejó perplejos fue Jerome Deupree, quien se despachó una impactante jam en batería donde se llevó todo el protagonismo. ‘Different’ era lo que seguía (“una canción diferente decían los músicos sacando más de alguna risa”), pero la gente ya empezaba a ponerse ansiosa por escuchar las grandes del repertorio de Morphine, y el propio Colley alimentaba esto preguntado qué canciones querían escuchar desatando viscerales gritos de nombres de temas favoritos por parte de la audiencia.
Hacia el final se desató la locura que se pensaba: ‘Good’, ‘Head With Wings’, ‘Cure for Pain’ y luego la primera retirada de la banda fue altamente vitoreada a la espera de su regreso, la verdad es que el Teatro Nescafé se convirtió en una inesperada hoguera, todos sabíamos que faltaban algunos clásicos y es así como regresan con temas de la altura de ‘Buena” y “You Look Like Rain’ completando más de dos horas de show, que tuvo gratos momentos, se hizo bastante cálido, tanto por la buena performance que emanaba de estos tres grandes músicos, como por el ambiente que se vivió con pocas personas, pero con mucha alma de fiesta, gente con ganas de pasarlo bien como si estuviéramos en un multitudinario festival.
Por Patricio Avendaño R.
Fotos: Alejandra Briones G.