Videografía Rock: «I Don’t Like the Drugs (But the Drugs Like Me)» – Marilyn Manson

Videografía Rock: «I Don’t Like the Drugs (But the Drugs Like Me)» – Marilyn Manson

Dir. Paul Hunter, 1998

«Mechanical Animals» se enmarca dentro del cuadro de honor de la discografía de Marilyn Manson.  Y también es una gran obra conceptual con precuelas y secuelas en sus otros discos, que hacen todo un estudio del Alfa y Omega, el principio y el fin, la vida, los excesos, la religión, el sexo y el bien y el mal.

El video que revisamos hoy es en cuestión el segundo single de este gran disco, lleno de innumerables canciones de una contundencia compositiva y artística de las pocas vistas y en una gran etapa del reverendo y sus músicos.

‘I Don’t Like the Drugs but the Drugs Like Me’ claramente es una «alabanza» a las drogas, al consumo en exceso, al glamour y a la decadencia provocada por ellas. Pero como siempre lo de Manson tiene otra vuelta de tuerca que darlemagistral llena de referencias (en este caso hasta bíblicas), a todo.

Dirigido por Paul Hunter, es muy surrealista y Jodorowskyano. Las escenas seleccionadas muestran a Manson vinculado a un crucifijo hecho de televisores («God Is on the TV»), similar al epitafio que Manson retrata en el video del sencillo «Coma White» y a la frase mencionada en «Rock Is Dead». 

A lo largo del video, Manson es visto en varios lugares, incluyendo un consultorio médico, un programa de televisión en vivo que su imagen interrumpe y donde aparece en un complejo de fábrica abandonado, todos los cuales están dentro de un área suburbana de clase baja. Todas las personas en el video, excluyendo a los miembros de la banda, son vistas con ojos grotescamente grandes, como dispuestos en el suelo para formar un crucifijo con el cuerpo de Manson y representando a la idiotización de la TV (representada como otra droga, la verdadera y más fuerte y dañina).

Acá la referencia a una escena de ‘La Montaña Sagrada’ de 1975 de Alejandro Jodorowsky es clara

La amputación:

Es un factor importante el significado que le da Manson a la amputación en este video, que es claramente reflejada en otras canciones de su discografía: la pérdida de la inocencia (tan mencionada en «Antichrist Superstar») y acá relacionado además con el flagelo de la droga, pero también como símbolo de castigo y absolución divina. El hecho simbólico de mutilarse las manos con estigmas y agujereadas, como para olvidarte de tus pecados, de las cuestiones tóxicas en que caíste o en lo «malvado» que fuiste.

«Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de pecado, córtalos y arrójalos lejos de ti. Porque más te vale entrar en la Vida manco o lisiado, que con dos manos o dos pies ser arrojado al fuego eterno.

Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo y tíralo lejos. Porque más te vale entrar en la Vida con un solo ojo que con dos ojos ser arrojado en el Infierno de fuego».

San Mateo 18:8-9

En una parte del video, vemos a la banda esperando o recuperándose de la prescripta operación de amputación (nótese a John 5 sosteniéndose la entrepierna de lo cual Manson confirmó acerca de él siendo un adicto al sexo). 

Y se habla mucho en todo él del «Cristo Mecánico», que es la figura de Manson aludiendo a Jesús mismo y que también posee una cita bíblica. De ahí la cabellera rubia y los ojos «en llamas» o esos efectos volcanizados que presenta y que ha sido parte de la estética de sus tours y de la tapa del disco.

«En medio de los candelabros estaba alguien «semejante al Hijo del hombre» vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido con una banda de oro a la altura del pecho. Su cabellera lucía blanca como la lana, como la nieve; y sus ojos resplandecían como llama de fuego.»

REVELACIONES 1:13-14

Fue un acierto, tal como varios videos de su carrera, donde la preocupación por el shock y arte surrealista están conjugadas excepcionalmente. La verdad es que cada segundo del video es digno de atención, pues las referencias bíblicas y significados encriptados van saliendo a la luz y eso pasa con cada disco también. Manson en sí es una propia biblia.

Por Patricio Avendaño R.

Patricio Avendaño

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