Videografía Rock: «Mind Mischief» – Tame Impala
El sueño del pibe hecho video: «Mind Mischief» es una de las tantas joyas musicales que nos dejó «Lonerism» (2012), uno de los álbumes fundamentales de la neo sicodelia de la década de los 2010’s de los australianos Tame Impala, y junto con él, llegó todo un viaje que se hizo más efectivo en su parte gráfica para mostrarse al mundo.
Dirigido por David Wilson, presenta la fantasía de un niño de la escuela sobre su maestra, que culmina en una escena de sexo cósmico animado que bien podría haber salido directamente de la película Heavy Metal, mezclando oníricas visiones y haciendo metamorfosis espectaculares. La fantasía del muchacho se basa en lo afortunado que puede llegar a ser, al meterse con la profe en un auto y fumarse un porro y como si fuera poco, tener sexo con ella ¿Qué más se le podría pedir a la vida? llevar toda eso a un escenario de sicodelia animada al infinito del cosmos y más allá.
Wilson habló con Imvdb al respecto de esta genialidad sicotrópica y algo sexual/seudoporno: «Todos mis videos son muy diferentes, pero tiendo a encontrar que esa es la forma más sólida de formar un concepto. No me aferro a las letras ni a los títulos de la canción. Siempre es de lo instrumental. Lo veo como una banda sonora para poder crear un complemento cinematográfico. Si puedo crear una imagen fuerte en mi cabeza, a veces eso es todo lo que necesita. Como dividir la cabeza en el video de Maccabees (lo cual se replica en este video). Obviamente, con Tame Impala, fue una escena de un video muy largo. Pero sí, comenzó con ella caminando. Debido a que había pasado mucho tiempo fuera del Reino Unido antes de hacer ese tratamiento, subí y pasé bastante tiempo en los Estados Unidos y también en Holanda y Dinamarca. De hecho, me hizo reflexionar que a menudo pierdes la perspectiva de lo que es especial sobre el país en el que vives, y sobre lo que otras personas harían para volar al otro lado del mundo para obtener eso que está a tu alcance. En esa escena solo pensé: «Bum caminando por la puerta del pasillo, con este sonido de Pink Floyd, Led Zeppelin, encajaba perfectamente con las escuelas de Inglaterra y una sensibilidad muy inglesa», pero toda esa imagen escolar conservadora contrasta a la perfección con la situación prohibida.
«La banda fue fantástica en este trabajo» explicaba Wilson en la entrevista. «Estaba muy claro con mi guión sobre exactamente qué iba a tener este video. Tenía muy claro su equilibrio entre lo sincero y lo pornográfico. El hecho de que en la animación vas a tener desnudos, vas a tener pechos desnudos, vas a tener penes. Verás estas cosas, pero se trata más de ser una exploración que de algo realmente gráfico y abiertamente explícito. Todo estaba allí en blanco y negro para que lo vieran. Inicialmente me acerqué con un presupuesto más bajo y escribí este guión, y la banda y el sello lo amaron, pero en primera instancia no nos pudimos permitir que se hiciera. Modular dijo: «Mira, a la banda realmente le gusta. En lugar de rechazarlo por problemas monetarios, vamos a encontrar una manera de hacer que esto funcione. Detengamos esto por un mes, apaguemos el video un mes más tarde, y ver si podemos encontrar a alguien con quien trabajar para que esto despegue». Más tarde la idea y colaboración pudo más, Urban Outfitters, la marca reconocida entró en juego entusiasmada con la idea y el auspicio llegó solo.
En el guión en cuestión, la profesora no tiene tan solo embobado al protagonista, sino que a toda la clase que está ambientada en esta «correcta» aula británica – con todos muy bien uniformados y con cortes nerds- el movimiento de ella por el pasillo empieza a sugerir entremedio de la sensual letra de Kevin Parker que algo tiene que pasar, y el escarabajo british donde ella sube empieza a crear el espacio apropiado para consumar la fantasía del chico. Lo que pasa después es lo máximo: sexo lisérgico en el mismo clásico automóvil y el viaje sexual anhelado de cualquier chico soñador, como lo imaginó el director, los animadores de lujo, y seguramente los mismos Tame Impala.
Por Patricio Avendaño R.