Este próximo 24 de marzo se viene un lanzamiento interesante para fans y coleccionistas de…
White Reaper -«Asking for a Ride»(2023): consecuentes y directos desde Louisville
Independiente de cualquier estilo musical, cuando el mundo se ha ensamblado en una suerte de montaña rusa y pareciera perder la gravedad, lograr perdurar ante todo y por sobre una década con ideas claras y consecuentes, hace sentir que la banda se posa y acerca a su punto musical más sabroso.
Este reciente pasado 27 de enero White Reaper originarios de Louisville/Kentucky han lanzado su cuarto álbum de estudio denominado “Asking For A Ride”, en el que este quinteto de músicos se desmarcan de lo clásico y establecido del “Punk Americano” soslayando sin ningún contra pie adicionar a este disco una sonoridad pulida en lo radiante del Pop y en algunos temas simplemente cerrarse a voluntad propia en callejones fuertes de directo sonido Metal.
El disco bajo la discográfica Elektra Records es sucesor del anterior trabajo “You Reserve Love” (2019), está compuesto por 10 canciones las cuales se desplazan en una órbita clara de música contemporánea y de drástica ecualización brillante, donde el tono vocal de Tony Espósito hace mantener la “esencia adolescente” de la banda, hoy en día situada en peldaños de maduración y arraigo.
Las influencias de la banda desde sus inicios y al igual que para este disco son honradamente directas, de lo cual se percibe de inmediato que han tomado ruta en dirección a grupos como Blink 182, Foo Fighters y Metallica.
En el tema “Getting into trouble w/ the boss” la dinámica rítmica pop camina a través de suaves y precisas guitarras, que generan un coro alegre y parejo. Luego en los temas “Pink Slip” y “Heaven or Not” destaca ampliamente el buen trabajo de cuerdas (guitarras y bajo) con adornos precisos, donde ningún instrumento esta por sobre otro, ejecuciones perfectas que cautivan al oyente.
En “Fog Machine” se aprecia de forma más “estándar” y pareja el recorrido del tema, estilo colorido del punk/garaje que los acerca a un lado más juvenil. Llega el momento de “Pink Slip” que deja apreciar en su letra sobre constantes crisis existenciales internas y despliegan la clara evolución musical que han logrado como banda.
Enseguida hacemos parada en “Crawlspace” donde la batería de Nick Wilkerson emerge y avanza desde un tiempo base como “simple metrónomo” a soltar un poder total en el coro, importante en esta pasada la complicidad en los teclados de Ryan Hater.
El punto más alto de este disco llega en dos temas, primero “Asking For a Ride” donde sin temor alguno azotan y desencadenan sus riffs con destino puro de metal rock, luego en “Bozo” los imponentes redobles en batería y una sutil distorsión en la guitarra de Hunter Thompson reflejan nuevamente el progreso sonoro que iniciaron desde el rock garaje y que en poco más de una década han transformado para ser hoy un destacado proyecto de punk/pop/rock que no ha dado su golpe final y se apoya en constante desarrollo.
Por Gastón Del Pino